Nosotros
ÍVARO somos Iván y Patricia, dos almas inquietas y un poco alocadas que nos encontramos por primera vez viajando en un AVE. Después, vendrían cientos de kilómetros más recorriendo España y medio mundo. El punto de partida, siempre, nuestro Madrid natal. Como dos viejos amigos que seguramente habíamos coincidido en otras vidas anteriores, desde el 2010 nos dejamos llevar por el viento de Tarifa, caminamos por las playas de Zahara y brindamos con una copa de vino con el punto justo de frío en el Palmar. Y por cada final de trayecto, un nuevo brindis, celebrando que mañana volvería a salir el sol.
Y así nació ÍVARO, en un viaje. Apurando uno de esos últimos días de verano en 2016, en un atardecer en Menorca cuando se acababa el día y ese sol dejó tras de sí un cielo incendiado.
Iván sabía que necesitaba algo que le acompañara como testigo de esos viajes. En sus pies llevaba sus alpargatas de siempre, a modo “chancla” las que le habían acompañado desde pequeño, cambiando colores y tamaño. Junto a Patricia decidieron dar ese nuevo paso, crear una pieza diferente, con la mano de obra artesana de toda la vida, pero llevándolo a nuestra vida moderna.
Por eso ÍVARO necesitaba estar hecho en España y a mano, por esa tradición artesanal tan cuidada y porque, no nos vamos a engañar, como se hacen las cosas aquí, en ningún sitio. Iniciado el 2017 conseguimos por fin un diseño adaptándolo a los nuevos tiempos, y decidimos innovar incorporando una plantilla blandita de máxima comodidad, siendo pioneros en este detalle, el cual se convertiría en la clave perfecta para esos pies que saben que les quedan mucho kilómetros por recorrer.
Con cientos de cajas de Ívaros en la furgoneta volvimos a patear España, visitando numerosos pop up de la geografía nacional. En cada destino, nuevos amigos, gente que se sumaba al boca a boca y sabía que ÍVARO no era sólo una alpargata, era algo más. Y con esos viajes llegaron nuevos paseos por la playa, tardes de risas y, por supuesto, más brindis.
Ahora el brindis es por ÍVARO. Por sus casi 5 años de vida. Ya nos avisaron que el camino no iba a ser fácil pero, después de todo, este viaje sí que merece la pena, y todo es, gracias a VOSOTROS.

